Antonella La Monica nació en Santa Caterina Villarmosa (Caltanissetta, Sicilia) en 1952.
Entre otros libros, ha publicado: Pelle di luna, L’ocra del salice y La parola spogliata.
ESPIGANDO EN EL ALMA
Campesina de sentimientos
vago
por mi alma
desierta
como tierra segada
espigando
restos de amor
amargura
inquietud y débil energía
avanzo
espigando rastrojos
de soledad
impotencia y sospechosa resignación.
Me demoro.
Cargo sobre mis hombros
dispersos haces
extirpo la gramínea tenaz
acaricio granos de trigo
mendigados a arrugas de terrones.
Un puñado de sol,
cuentas de rosario
corren entre los dedos,
se esconden
en las grietas
de mi alma.
SPIGOLANDO NELL’ANIMA
Contadina di sentimenti
vago
nell’anima mia
deserta
come terra mietuta
spigolando
resti d’amore
amarezza
inquietudine e blanda energia,
avanzo
spigolando stoppie
di solitudine
impotenza e sospetta rassegnazione.
Indugio.
Carico sulle spalle
disperse fascine
estirpo la gramigna tenace
accarezzo chicchi di grano
mendicati a rughe di zolle.
Un pugnetto di sole,
grani di rosario
scorrono tra le dita,
si nascondono
nelle crepe
dell’anima mia.
Entre otros libros, ha publicado: Pelle di luna, L’ocra del salice y La parola spogliata.
ESPIGANDO EN EL ALMA
Campesina de sentimientos
vago
por mi alma
desierta
como tierra segada
espigando
restos de amor
amargura
inquietud y débil energía
avanzo
espigando rastrojos
de soledad
impotencia y sospechosa resignación.
Me demoro.
Cargo sobre mis hombros
dispersos haces
extirpo la gramínea tenaz
acaricio granos de trigo
mendigados a arrugas de terrones.
Un puñado de sol,
cuentas de rosario
corren entre los dedos,
se esconden
en las grietas
de mi alma.
SPIGOLANDO NELL’ANIMA
Contadina di sentimenti
vago
nell’anima mia
deserta
come terra mietuta
spigolando
resti d’amore
amarezza
inquietudine e blanda energia,
avanzo
spigolando stoppie
di solitudine
impotenza e sospetta rassegnazione.
Indugio.
Carico sulle spalle
disperse fascine
estirpo la gramigna tenace
accarezzo chicchi di grano
mendicati a rughe di zolle.
Un pugnetto di sole,
grani di rosario
scorrono tra le dita,
si nascondono
nelle crepe
dell’anima mia.