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Mostrando las entradas etiquetadas como GUIDACCI Margherita

MARGHERITA GUIDACCI

Margherita Guidacci nació en Florencia en 1921 y murió en Roma en 1992.     Entre otros libros, ha publicado: Una breve misura , Il buio e lo splendore y Anelli del tempo . INYECCIÓN VESPERTINA   Este es el pelotón que siembra la paz en la punta de la jeringa. En un rumor confuso se alzan nuestros demonios y van a esperarnos un poco más allá, hacia el alba.   Sigue un vacío escarpado como de fiebre de pronto caída. El cansancio es de plomo. Cada manecilla inmóvil, vertical.   ¡Qué leve fue la punzante gracia! “Póngase de lado, pronto, es todo.” Y el alma fue amainada más fácilmente que cualquier vela o bandera.     INIEZIONE SERALE   Ecco il bianco drappello che semina la pace in punta di siringa. In un fruscio confuso si levano i nostri demoni e vanno a aspettarci un po’ più in là, verso l’alba.   Subentra un vuoto dirupato come di febbre ad un tratto caduta. La stanc...

MARGHERITA GUIDACCI

Margherita Guidacci nació en Florencia en 1921 y murió en Roma en 1992.    Entre otros libros, ha publicado: Una breve misura , Il buio e lo splendore y Anelli del tempo . EN SILENCIO   Escribo palabras cada día. No sé a dónde llegaré, escribiendo. Sé que podría callar. Quien sabe, no habla. Mudo en el vientre del tiempo donde hombres gritan, también. La mirada bastará para comprender y decir cuanto la voz no dice. Rozo cada instante, cada día el alarido y el trueno. Vivo en torno. Podría detenerme y esperar. En silencio. IN SILENZIO Scrivo parole ogni giorno. Non so dove arriverò, scrivendo. So che potrei tacere. Colui che sa, non parla. Muto nel ventre del tempo dove uomini gridano, anche. Lo sguardo basterà per comprendere e dire quanto la voce non dice. Sfioro ogni istante, ogni giorno l’urlo e il tuono. Vivo intorno. Potrei fermarmi e attendere. In sile...

MARGHERITA GUIDACCI

Margherita Guidacci nació en Florencia en 1921 y murió en Roma en 1992.    Entre otros libros, ha publicado: Una breve misura , Il buio e lo splendore y Anelli del tempo . DEJA QUE SEA EL VIENTO Deja que sea el viento el que complete las palabras que tu voz no sabe articular. Ya no necesitamos las palabras. Ambos somos el mismo silencio. Como dos espejos, vaciados de cualquier imagen, que uno al otro devuelven un simple rayo. Y nos basta. LASCIA SIA IL VENTO Lascia sia il vento a completar le parole che la tua voce non sa articolare. Non ci occorrono più le parole. Siamo entrambi il medesimo silenzio. Come due specchi, svuotati d’ogni immagine, che l’uno all’altro rendono un semplice raggio. E ci basta .

MARGHERITA GUIDACCI

Margherita Guidacci nació en Florencia en 1921 y murió en Roma en 1992.   Entre otros libros, ha publicado:  Una breve misura ,  Il buio e lo splendore  y  Anelli del tempo . CLÍNICA... Clínica neurológica. Aquí llegado muchas cosas oh peregrino puedes preguntarte pero solo una importa: ¿Es la última casa de los vivos o la primera de los muertos? CLINICA... Clinica neurologica Qui giunto molte cose o pellegrino puoi domandarti ma una sola importa: E' l'ultima casa dei vivi o la prima dei morti?

MARGHERITA GUIDACCI

Margherita Guidacci nació en Florencia en 1921 y murió en Roma en 1992.   Entre otros libros, ha publicado: Una breve misura , Il buio e lo splendore y Anelli del tempo . AMA EL ÁRBOL... Ama el árbol en sí recogido, ama la cerrada fatiga del fruto que el tiempo alimenta y que en el tiempo cae. Pero ama más el árbol en el viento, cuando se parece a la llama futura. AMA L’ALBERO… Ama l’albero in sé raccolto, ama la chiusa fatica Del frutto che il tempo nutre e che nel tempo ricade. Ma più ama l’albero nel vento, quando assomiglia alla fiamma futura .

MARGHERITA GUIDACCI

Margherita Guidacci nació en Florencia en 1921 y murió en Roma en 1992. Entre otros libros, ha publicado: Una breve misura , Il buio e lo splendore y Anelli del tempo . TU RECUERDO... Tu recuerdo, al fondo de mi soledad, revela su amplitud y sin embargo la limita. Así el canto de un pájaro endulza la inmensidad del ciel o y una sola vela hace humano el mar. IL TUO RICORDO... Il tuo ricordo, sul fondo della mia solitudine, ne rivela l’ampiezza e tuttavia la limita. Così un canto d’uccello addolcisce l’immensità del cielo e una singola vela rende umano il mare .